La difusión en el mundo occidental de las finanzas islámicas tiene muy poco tiempo, sin embargo, ha tomado mayor fuerza a raíz de la crisis económica mundial que estamos atravesando desde mediados de 2008. Uno de sus preceptos es que los bancos no pagan intereses sobre el dinero captado por la población sino que que se reparten dividendos del fruto de las inversiones hechas con ese dinero. Esto requiere altas dosis de altruismo y pensamiento colectivo de parte de los banqueros, cosa que en Venezuela está dificil de lograr.
A pesar de no concordar con los preceptos del Sharia, que ha ocasionado mucho dolor a mucha gente por la barbarie con que se han aplicado sus preceptos, sobretodo con las mujeres, considero que de esta corriente se pueden optener doctrinas muy buenas que pudiesen implementarse en nuestras prácticas económicas cotidianas, no se trata de copiar modelos, sino de tomar las cosas positivas y aplicarlas a nuestra realidad, lo que puede darnos muy buenos beneficios a futuro.
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