Ante la fuerte caída de los precios petroleros a nivel mundial, muchos han sido los esfuerzos del ejecutivo nacional, a través de su canciller, de procurar un consenso entre los países que integran la OPEP y algunos otros estados productores de crudo para reducir la producción actual que contribuya con la recuperación de los precios, tan necesario para la golpeada y maltrecha economía venezolana que depende en casi su totalidad de los ingresos petroleros.
El ministro Rafael Ramírez defiende la política de precios a pesar de que deba acortarse un poco la cuota de producción debido a la sobreoferta de unos 2 millones de barriles diarios según analistas del sector; sin embargo, dicho recorte va en contra del llamado "Plan de la Patria" que estipula el incremento sustancial de la producción de crudos en Venezuela hasta llevarla a más de 6 millones de barriles/día en 5 años.
Da la sensación de haber un doble discurso que no se compagina y que se amolda a la situación del momento, lo que permite deducir que hay una improvisación y falta de planificación de las políticas y planes del gobierno actual. Los venezolanos cada vez más elevan su voz de molestia ya que se anuncian recortes de gastos, eliminación de subsidios y se incrementan impuestos que lo perjudican directamente pero no se anuncian recortes de los suministros de crudo a Cuba y Petrocaribe, que no reportan ingresos favorables a la nación. Hoy más que nunca,Venezuela requiere de ingresos frescos y directos, sin subsidios, para paliar la grave situación económica que vive.
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