Es la única
forma, no hay otra. El modelo político puede variar, la redistribución de la
riqueza también, pero lo cierto es que si no existe riqueza, la pobreza no
puede ser derrotada. Además, si la corrupción es promovida en lugar de
combatida, se crea un cóctel peligroso que hunde cualquier economía en el
mundo. El gobierno venezolano en su afán de poder y control se ha olvidado de
estimular y potenciar la generación de riquezas (públicas y privadas) que
redundarían en bienestar socio-económico en la población.
Sin
riqueza, países como Venezuela que mantiene controles y subsidios ineficientes
además de un aparato público grande, ve como la educación, salud, vivienda,
infraestructura se van deteriorando con los resultados nefastos vistos en
Venezuela actualmente. Nadie debe olvidar las enormes cantidades de ingresos
que por concepto petrolero ha recibido el país en el transcurrir de la llamada
"Revolución Bolivariana", pero esto no se tradujo en ahorro e
inversión productiva, sino que por el contrario condujo a mayores niveles de
pobreza e involución.
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