Debido al fuerte descenso de los precios del
petróleo acontecido en los últimos meses, con incidencia directa en la baja de
precios de los combustibles en los mercados internacionales, se plantea un
escenario favorable para PDVSA de realizar ajustes a los precios de los
combustibles que se comercializan internamente y así cerrar la brecha de
precios que estimulan el consumo desmedido y la corrupción.
PDVSA no ha hecho ajustes a los precios desde
hace casi 20 años (con un subsidio enorme desde hace mucho tiempo) con la pérdida
de ingresos a la empresa, ya que ni siquiera se cubren los costos de
producción, además, la inflación descontrolada durante ese tiempo hizo que el
precio perdiera relevancia, incrementando el subsidio realizado por la empresa
y afectando sus finanzas. Cada litro de combustible que PDVSA deja de
comercializar a precio de mercado significa una merma de ingresos en divisas, y
que ante la situación actual son requeridos con urgencia. PDVSA aparte de los
aportes a la nación, primero debe cubrir sus compromisos internos y externos,
llámese pago de bonos, proveedores, etc.
La bajada en los precios internacionales
favorecería un ajuste importante que contribuya a cubrir al menos los costos de
producción, o mejor aún, lograr precios de venta que no hagan rentable el
contrabando de extracción que beneficia a unos pocos delincuentes en Venezuela
y en países vecinos. Si PDVSA piensa en el futuro y requiere poner orden a sus
finanzas, éste es un momento estratégico idóneo para sincerar los precios de
los combustibles cuyos hechos recientes demuestran que no son causal de
inflación (al menos no en la magnitud e importancia) como el colectivo piensa y
teme.
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