A pesar del desangre de divisas por empresas de maletín, corrupción, inflación, entre otros, que bien pudieran considerarse problemas de importancia con fuerte impacto en la población y el país en general, existe otro problema y es la pobre o nula calidad de los productos y bienes que son importados, no solamente por los empresarios privados sino por el mismo gobierno nacional.
Los venezolanos hemos vistos el deterioro continuo hasta en la calidad de los productos que usa y consume. Para muestra el café y pañales, entre otros rubros. No es posible que como país seamos tan mal negociantes y nos dejemos engañar y robar de esa manera. De seguro la corrupción está detrás de todo pero es imperdonable la inanición por parte de los responsables de importar productos y los encargados de verificar las mercancías. Existen leyes para regular esta situación, entonces ¿por qué no se aplica?.
La población las compra y consume porque no les queda de otra. La escasez es muy grande y no se dan el lujo de quedarse sin nada. Es triste ver como los anaqueles de los comercios públicos y privados están cada vez más vacíos y las colas que se producen en los establecimientos cuando llega un producto desaparecido. El gobierno nacional no ha podido garantizar ni siquiera los medicamentos más vitales para tratamientos médicos sencillos, y en materia de alimentos, los venezolanos han modificado su dieta para peor ya que se consume lo que se consigue y puede pagarse en vez de comidas balanceadas.
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