El gobierno nacional defiende y justifica el uso de captahuellas en los supermercados en un intento de frenar los altos niveles de escasez y la poca producción de bienes. Lo cierto es que nuevamente se plantea una acción que no ataca el problema de raíz sino que penaliza a todos los ciudadanos del país por las irregularidades de algunos pocos que sí se han dedicado a revender las mercancías escasas y que cada vez son más.
La producción y los precios son los elementos clave para resolver este problema, porque la verdad es que el consumo no es elevado para la cantidad de población que tiene Venezuela. Vemos como la iniciativa privada a través de Empresas Polar si apuesta en Venezuela de verdad e invierte en la expansión de su capacidad productiva, sin embargo, no vemos el mismo comportamiento de parte del sector público desafortunadamente.
Es de esperar que las colas para comprar se harán más largas. No se entiende que el sistema no inhabilitará la compra de productos sino que el gobierno hará un control posterior, de ser así ¿cómo controlar las justificaciones que den los usuarios para demostrar el uso de las compras hechas? Por ejemplo, si las familias compran cantidades mayores por planificación familiar, o porque surten a otros familiares y amigos. La verdad la idea es descabellada por donde se mire y no resuelve el problema. Incentivos a la producción y eliminación del control de precios si van en consonancia con la solución.
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