Nuevamente, vuelve a caer un banco de importancia en Venezuela. Versiones a favor y en contra del cierre han surgido como era de esperarse, pero lo cierto, es que a pesar de haber un preaviso a finales de 2009, que pudo ser el escenario perfecto para sanear de una buena vez el sistema financiero nacional, ocurre que los más perjudicados son los ahorristas que depositaron su confianza en dicho banco y la imagén de Venezuela cuyo desenlace sólo refleja el estado de nuestra economía, entre otras cosas.
Las declaraciones del señor Víctor Vargas, presidente del Consejo Bancario Nacional, quién calificó la intervención de "oportuna", además agregó, "Había que hacerlo, había que tomar esa medida", dijo; parecen poner finiquito a la controversia de si fué o no un cierre por retaliación contra el dueño del referido banco, el señor Nelson Mezerhane.
Aunque nadie es tan ingenuo para pensar que las autoridades actuaron de buena fé, no es menos cierto que si el resto de los bancos universales y comerciales se esfuerzan por cumplir con la normativa bancaria para procurar la solvencia de los mismos, es injustificable que ante una advertencia de que había que agregar capital, no se hiciera, poniendo en riesgo a los depositantes del Banco Federal que ahora deben rezar para que les devuelvan su dinero lo más pronto posible. El 96% de los casi 300.000 ahorristas, están protegidos por FOGADE, que garantiza el 100% del dinero siempre que posean hasta un máximo de 30.000BsF.
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