Según la reconocida agencia de calificación Moody's, la devaluación del bolívar que entró en vigor el 1ero de enero tendrá algunos efectos positivos en Venezuela, pero su impacto fiscal será menor que la llevada a cabo en 2010 y no solucionará los desequilibrios macroeconómicos del país.
Segun el informe, "la decisión del gobierno ayudará a simplificar un sistema cambiario altamente ineficiente y a reforzar su capacidad de pagar con más bolívares por dólares vendidos al sector privado". Sin embargo, también alertó de las presiones inflacionarias que dicha medida tendrá en la economía venezolana. Hay que recordar que en 2010, Venezuela tuvo la inflación más alta del mundo.
Dichas presiones obstaculizarán el consumo y el crecimiento económico. Venezuela seguirá con una inflación elevada de alrededor de 27%, un bolívar todavía sobrevalorado, una escasez de cambio extranjero y un aumento del endeudamiento, todos factores que siguen siendo fuente de preocupación para la firma americana.
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