La producción de gas natural en Venezuela se ha mantenido estancada en la última década en un promedio de 6.500 millones de pies cúbicos, según revelan documentos oficiales de Petróleos de Venezuela. El analista y experto en materia de gas Diego González, considera que este fenómeno obedece al incumplimiento en los planes de producción de gas que se ha trazado el Ejecutivo nacional. Analistas comentan que entre 1990 y 1999 la producción aumentó de 3.750 a 6.003 millones de pies cúbicos de gas diarios, lo que equivale a una expansión de 60% en ese lapso.
Lo grave de la situación es que para el año 2006, el déficit de gas en el país se terminó de convertir en un problema estructural. En ese entonces la producción se ubicó en 7.072 millones de pies cúbicos diarios, una de las más elevadas registradas por la industria. Sin embargo, la carencia de ese combustible giraba ya en torno a 1.500 millones de pies cúbicos por día, según cifras suministradas por el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, en esos años. Pero las necesidades no satisfechas hoy en día han crecido en torno a 2.100 millones de pies cúbicos por día, sin preverse una solución próxima. El creciente aumento de la población, el crecimiento económico, y las necesidades termoeléctricas, entre otros factores, han influido en el incremento de ese déficit. Uno de los impactos más severos de la baja producción de gas en el país se verifica en el sector eléctrico, debido a que el sistema de generación térmico del país recibe menos del 40% del gas que requiere.
La vulnerabilidad del suministro de gas en Venezuela es tan elevada que en el pasado mes de marzo, debido al atentado terrorista provocado contra el gasoducto "Antonio Ricaurte", que suministra apenas 200 millones de pies cúbicos diarios al estado Zulia, provenientes de Colombia, se produjo un apagón que afectó a 17 estados de la República, tras la paralización de la central Termozulia I, que se encontraba sin gas ni diesel para operar. Otro impacto del déficit gasífero es el escaso éxito del plan de gasificación para vehículos llamado Autogas, afectado no sólo por el bajo nivel de extracción del combustible, sino por otros bemoles como el control de cambio y trabas burocráticas que han impedido la importación de los kits de conversión, según reseña la Memoria y Cuenta de Petróleos de Venezuela 2010. En general, el objetivo medular del Plan Siembra Petrolera era convertir a Venezuela en un exportador neto de gas natural, hecho que parece muy lejos de concretarse. Así las cosas, en 2006, Pdvsa prometió elevar la producción gasífera a 11.500 millones de pies cúbicos diarios en 2012. Esta meta debió ser ajustada en 2008, cuando se estableció una producción objetivo de 12.568 millones de pies cúbicos por día -un incremento de 9,2% con respecto al estimado de 2006- para el año 2013. En 2009, la meta se llevó a 13.890 millones de pies cúbicos por día -10,5% más que en el ejercicio precedente-, pero a un tramo temporal más largo, fijado en 2015.
Lo grave de la situación es que para el año 2006, el déficit de gas en el país se terminó de convertir en un problema estructural. En ese entonces la producción se ubicó en 7.072 millones de pies cúbicos diarios, una de las más elevadas registradas por la industria. Sin embargo, la carencia de ese combustible giraba ya en torno a 1.500 millones de pies cúbicos por día, según cifras suministradas por el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, en esos años. Pero las necesidades no satisfechas hoy en día han crecido en torno a 2.100 millones de pies cúbicos por día, sin preverse una solución próxima. El creciente aumento de la población, el crecimiento económico, y las necesidades termoeléctricas, entre otros factores, han influido en el incremento de ese déficit. Uno de los impactos más severos de la baja producción de gas en el país se verifica en el sector eléctrico, debido a que el sistema de generación térmico del país recibe menos del 40% del gas que requiere.
La vulnerabilidad del suministro de gas en Venezuela es tan elevada que en el pasado mes de marzo, debido al atentado terrorista provocado contra el gasoducto "Antonio Ricaurte", que suministra apenas 200 millones de pies cúbicos diarios al estado Zulia, provenientes de Colombia, se produjo un apagón que afectó a 17 estados de la República, tras la paralización de la central Termozulia I, que se encontraba sin gas ni diesel para operar. Otro impacto del déficit gasífero es el escaso éxito del plan de gasificación para vehículos llamado Autogas, afectado no sólo por el bajo nivel de extracción del combustible, sino por otros bemoles como el control de cambio y trabas burocráticas que han impedido la importación de los kits de conversión, según reseña la Memoria y Cuenta de Petróleos de Venezuela 2010. En general, el objetivo medular del Plan Siembra Petrolera era convertir a Venezuela en un exportador neto de gas natural, hecho que parece muy lejos de concretarse. Así las cosas, en 2006, Pdvsa prometió elevar la producción gasífera a 11.500 millones de pies cúbicos diarios en 2012. Esta meta debió ser ajustada en 2008, cuando se estableció una producción objetivo de 12.568 millones de pies cúbicos por día -un incremento de 9,2% con respecto al estimado de 2006- para el año 2013. En 2009, la meta se llevó a 13.890 millones de pies cúbicos por día -10,5% más que en el ejercicio precedente-, pero a un tramo temporal más largo, fijado en 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario