La fase de adecuación de Venezuela al Mercado Común del Sur (Mercosur), que ahora se le abre tras su admisión plena a ese bloque
subregional, "obliga al país a avanzar en el proceso de reindustrialización, lo
que es una materia pendiente", afirma Gustavo Márquez Marín, ex ministro de
Estado para la Integración y Comercio Exterior. "Es una realidad que se ha
profundizado de algún modo la dependencia de la renta petrolera y de las
importaciones, de modo que se hace necesario retomar en este momento el
desarrollo de una política industrial agresiva, la cual, combinada con la
política de soberanía alimentaria, nos permita avanzar. ¡Esto es un desafío!,
pero tenemos que asumirlo como una oportunidad", explica. Márquez considera
que la estrategia debe centrarse en el "desarrollo socio productivo endógeno
sustentable" en el que no sólo participen las empresas de propiedad social y
comunal, también las pequeñas y medianas empresas y las redes productivas.
"Hay que rearmar el tejido industrial venezolano que se deprimió como
consecuencia del agotamiento del modelo de sustitución de importaciones basado
en el desarrollo exógeno", señala.
Por otro lado, Márquez
apunta que un "gran problema es la falta de competitividad del sector privado
venezolano". "Han pasado y pasan los años y no han asumido su rol, se han
quedado en el aparato, no invierten en reconversión tecnológica; por el
contrario, se han movido dentro de un esquema parasitario propio del modelo
rentista petrolero. Tenemos un sector empresarial que ha sido incapaz de avanzar
y desarrollarse a pesar, por ejemplo, de todos los incentivos de que ha gozado
en el gobierno bolivariano, incapaz para aprovechar la ampliación del mercado
interno. Quizás porque han privilegiado su actuación como actores políticos".
Márquez recuerda que en 2006, como ministro de Estado, le
correspondió coordinar las negociaciones para el ingreso de Venezuela al
Mercosur. Esa labor condujo a la firma del Protocolo de Adhesión de Venezuela al
Mercosur el 4 de julio de 2006. Informa que en esa época, durante más de
tres meses, se llevó a cabo un amplio proceso de consultas para conocer los
planteamientos de todo el sector empresarial venezolano. Dice que participaron
más de 100 cámaras especializadas e incluso "grandes empresarios a título
personal". "Esa base de datos la tenemos. Los empresarios (Fedecámaras,
Conindustria, etc.) no pueden venir a decir ahora que no se les consultó, pues
eso lo hicimos ampliamente para la firma del Protocolo de Adhesión que ahora
entrará en vigencia el 31 de julio próximo". puntualiza.
Sergio Arancibia,
economista y analista de comercio exterior, considera que integrarse con el
bloque regional ameritaba preparar al sector productivo nacional para que
pudiera competir en igualdad de condiciones con sus homólogos de Brasil y
Argentina. El panorama es poco alentador, pues de acuerdo a Víctor
Maldonado, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas, "el parque
industrial está en suelo, arruinado", incluyendo a las empresas del sector
público como las básicas, cemento y petroquímica. Para Arancibia todo pasa
por diseñar una política pública de promoción a las exportaciones no
tradicionales, las cuales -según un informe de la Asociación Venezolana de
Exportadores (Avex)- han pasado de representar 31,22% en 1998 a 4,8% al cierre
de 2011. En contraposición, las importaciones han venido creciendo de manera
significativa en los últimos años. Solo en 2011 subieron 18% respecto al año
anterior. Es el temor del especialista, quien advierte los riesgos que corre
el país ante el posible embate de productos brasileños y argentinos mientras se
llevan a cero los aranceles de los rubros de importación. No obstante, Pedro
Rivas, presidente de Fedeagro, aseguró que al país ingresan estos rubros con
cero arancel hace algún tiempo para cubrir deficiencias en la producción y
atender el aumento del consumo. Arancibia no duda de que los triunfadores
con el ingreso de Venezuela al Mercosur son Brasil y Argentina, pues van a ganar
un mercado como el venezolano que implica importaciones por encima de los 50.000
millones de dólares. Fuente: EMEN.
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