La Cámara Minera Venezolana (Camiven) estima una producción de acero del 45% de su capacidad y del hierro de un 35%. Lo peor del caso es que las proyecciones para 2011 se sitúan en niveles nada alentadores. El gobierno pensaba que al nacionalizar la industria minera el sector mejoraría, pero ocurre todo lo contrario a pesar del elevado gasto que las nacionalizaciones le están costando al país. Cualquier persona sensata procura invertir para obtener una mejora sustancial de la rentabilidad ó al menos de la calidad de vida de la población y de los trabajadores pero este no es el caso.
No es casual que la caída del sector coincida con las nacionalizaciones de SIDOR (cuyos trabajadores han hecho varias protestas por las reivindicaciones salariales), ó al decretar la exclusividad del negocio de la extracción y negociación del oro.
Tampoco ayudan las medidas adoptadas para desfavorecer la producción nacional en los diversos episodios de emergencia eléctrica que ha vivido Venezuela en los últimos tiempos, sobretodo los grandes sacrificados han sido las empresas de Guayana por el alto consumo energético que demandan las industrias de su ramo y envergadura.
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