Resulta contradictorio las continuas declaraciones de ciertos funcionarios de gobierno al hablar de la existencia de monopolios en diversos sectores de la economía en Venezuela, cuando es el Estado quien se convierte en lo que tanto critica, el gran monopolio de la economía. Y es que luego de terminadas las elecciones parlamentarias, el presidente Chavez ha incrementado las expropiaciones porque sabe que el nuevo parlamento será una piedra de tranca a sus aspiraciones controladoras.
Casos como el de Fertinitro y Venoco, quien por recomendación del ministro Ramírez fueron nacionalizadas, crean un gran monopolio en las áreas de fertilizantes (100%) y lubricantes (80%). La inversión externa está cada vez más consciente de los riesgos de colocar capitales en Venezuela, cuyo gobierno carece de toda credibilidad. Nadie se quejaría de las mismas, si el ciudadano viera mejoras en su calidad de vida, pero ese no es el caso. Alza en la inflación, caída de la producción, incremento de las importaciones, disminución del PIB y de las reservas internacionales son sólo algunos de los problemas propios de las erradas políticas de estado.
Las empresas afectadas no ven garantías de pago en el corto y mediano plazo. Aunque casos como el de Cerámicas Carabobo, ahora llamada Refractarios Orinoco, donde el gobierno ya canceló el dinero de la compra son la excepción de la regla.
jueves, 14 de octubre de 2010
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