El mercado alternativo de divisas, conformado por operaciones de títulos valores
con fines cambiarios, estaba permitido por los marcos regulatorios del país y
promovido por la política monetaria nacional, la cual estipula el Banco Central
de Venezuela (BCV) con total autonomía. Así lo indicó la abogada Noris
Aguirre, especialista en mercado de capitales, en el juicio a los cuatro
directivos de Econoinvest. El acto llegó a la fase de los testigos, y Aguirre es
la primera experta en asistir, desde la promoción de la defensa. "Con el
mercado alternativo se comenzaron a atender los retrasos a Cadivi, con lo que se
le dio un respiro a la economía", señaló Aguirre. Reiteró que el
mercado alternativo se inició luego de que el Convenio Cambiario número cuatro
permitiera las operaciones de títulos valores con divisas, dejando sin vigencia
el Convenio Cambiario número uno, el primero que fue decretado cuando comenzó el
control de cambio en el país.
Noris Aguirre,
que fue gerente general de la Caja Venezolana de Valores, reiteró que todas las
emisiones de títulos de deuda incluían el decreto que especificaba los
parámetros para su negociación, y en estos documentos nunca existió alguna
limitación para transar en bolívares o en dólares en el caso de los Títulos de
Interés y Capital Cubierto (Ticc), siempre y cuando se diera una compra y venta
de ese papel en la transacción. Sin embargo, recordó la experta, la
Asociación Bancaria de Venezuela solicitó al ente emisor una reiteración sobre
la permisibilidad de la negociación de los Ticc, a la que el propio directorio
del BCV respondió, asintiendo a que estos papeles podían ser usados para
transacciones con fines cambiarios. De hecho, señaló que la premisa incluida
en los decretos y prospectos de todas las emisiones sobre "la democratización
del capital", aunado a la inscripción de estos títulos en el Sicet (Sistema de
Custodia del BCV) se anticipaba a la formulación de un mercado secundario.
"Nunca existió ninguna restricción para que los Ticc se negociarán en dólares o
en bolívares", sostuvo Aguirre. Y aseveró que todas las operaciones con
estos títulos, y con cualquier otro de deuda pública, quedaban registradas en el
Sicet: desde el cambio de propiedad o titularidad del bono, hasta cuánto y dónde
se había hecho el pago.
Si la contraparte monetaria se hiciera en Venezuela,
el registro queda en el Sistema de pagos nacional, cuyos registros también lleva
el BCV. Mientras que si se hiciera en moneda extranjera, el pago se realiza en
los bancos internacionales con sistema Swift, al que pertenece el ente emisor
venezolano, por lo que también tiene acceso a toda la data o traza de la
operación. Fuente: EMEN.
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