Estar preparados para futuras emisiones de bonos en Venezuela

Acceder a los últimos petrobonos 2022 no era tarea fácil. La noche de la emisión muchos se fueron a dormir sacando cuentas. La información repentina de la emisión puso a correr a más de uno. En dos días un ciudadano con interés en este papel tenía que tener, primero que nada, disposición de por lo menos 10 salarios mínimos. Para comprar solo uno de estos petrobonos 2022 era necesario tener en cuenta Bs.F. 12.900, sin sumar la comisión anexa a este tipo de transacción.

El tiempo para concretar la operación indicó hacía dónde estaba dirigida la emisión: a las empresas. Sobre todo importadores. Aunque también aquellas con repatriación de capitales pendiente no iban a desaprovechar la oportunidad. Pese a que el prospecto hablaba que también estaba dirigido a las personas naturales. ¿A quién no le puede parecer un cupón de 12,75% interesante para el ahorro? Ya el Global 2022 había sido un éxito por también ofrecer una tasa de interés muy parecida. Es que ninguna alternativa para protegerse de una inflación de 27,2% puede desecharse.

Lo imperativo, para no quedar fuera en futuras emisiones, es contar con la disponibilidad de un efectivo en cuenta bancaria, que alcance por lo menos con la inversión mínima que se requirió en esta última colocación. Atrás quedaron aquellas ofertas donde el papel costaba solo $1.000, cuando se mercadeaba la democratización del capital y se incentivaba la participación de cualquiera. Muchas personas, las naturales, las que no tienen un flujo de caja a la vista, querían estos bonos, y se quedaron con las ganas. Un día y medio no fue suficiente para alcanzarle el ritmo a la emisión. Un extracrédito, las prestaciones, la caja de ahorro, un prestamista, el amigo con más dinero que pudiera prestarte; o el acuerdo con algún familiar para comprarlo entre varios, necesita de más tiempo. Solicitudes por 6.000 millones de dólares quedaron sin adjudicación. Esa demanda que triplicó la oferta comprobó que el deseo por los verdes es lo que sobra en Venezuela. Fuente: EMEN