Apenas dos semanas después de que el Ministro de Industrias, Ricardo Menéndez, anunciara que la ensambladora local de la marcha Chery elevaría su producción de 18.800 a 30.000 unidades anuales, el Ejecutivo anuncio la expropiación de las instalaciones de Great Wall Venezuela, las cuales estaban siendo acondicionadas como la segunda planta de la marca china en el país. La decisión se produce dos días después de que el Gobierno decretara la creación de Chery Venezuela, empresa mixta en la que el Estado se queda con 51% del total accionario y el restante 49% corresponde a la Corporación ZGT, consorcio privado que desde 2012 produce los vehículos de la marca en Las Tejerías, estado Aragua.
Desde mediados del año pasado, las instalaciones expropiadas habían sido alquiladas por Great Wall a ZGT a fin de ampliar la producción, toda vez que en la pequeña ensambladora aragüeña resultaba imposible cualquier tipo de ampliación. La planta sobre la cual se decretó "adquisición forzosa" fue adquirida por Great Wall Venezuela en 2009, con la idea de iniciar el ensamblaje de esa marca, una de las más avanzadas en la creación de tecnología propia se refiere, entre las muchas firmas que prosperaron en ese país asiático a raíz del boom que experimento el sector luego que el gobierno de Beijing autorizara a los ciudadanos para adquirir vehículos. La empresa, que contó en un principio con el visto bueno en su momento del presidente Hugo Chávez y del premier chino Ju Jintao, tenía previsto ensamblar al menos un modelo de vehículo todoterreno y una pick up, de acuerdo al proyecto que fue preaprobado por las autoridades. De allí que el consorcio nacional que llevaba adelante el proyecto invirtiera 55 millones de dólares en la adquisición de la vieja factoría de Carrocerías Carabobo en Guacara, estado Carabobo, y en la compra del herramientas necesarias para las líneas de ensamblaje; inversiones hechas "con recursos propios", como afirmó en su momento César Hirsch, vicepresidente del consorcio. En un principio, los planes giraron en torno a la producción de unidades Great Wall y Renault, para lo cual la francesa firmó una carta de intención que comprometía a la empresa local a producir unas 10.000 unidades anuales de un modelo "económico", probablemente el familiar Logan. Sin embargo, el proyecto -el primero que se presentó referido al ensamblaje de vehículos con tecnología china- nunca recibió el visto bueno para su arranque, lo que motivo el retiro de Renualt como posible socio.
De acuerdo con versiones extraoficiales, la no aprobación definitiva se debió a que en el ínterin, ZGT planteó el proyecto para producir la marca Chery, ofreciendo participación accionaria al Estado venezolano, una posibilidad que nunca fue propuesta por las autoridades a Great Wall. El hecho es que la planta ya contaba con líneas de ensamblaje a medio montar, lo que ahorraba costos y tiempo al plan gubernamental por aumentar la producción de Chery, por lo que propuso a Great Wall alquilar esas instalaciones a fin de ensamblar en ellas dos modelos que, de acuerdo a las autoridades, serían exclusivamente destinadas a la exportación hacia países del Mercosur. Ante el cierre de la posibilidad de ensamblar automóviles, Great Wall decidió incursionar en el mercado de los montacargas, y creó la primera ensambladora de este tipo de vehículos en el país, con la esperanza de tomar para si 25% de un sector tradicionalmente dominado por productos importados. Aunque ha sido imposible lograr que los voceros de Great Wall informen sobre la expropiación, la Gaceta Oficial 6.109 Extraordinaria ordena la expropiación forzosa de todos los bienes muebles e inmuebles de la empresa y sus filiales, de lo que se deduce que tanto la planta hasta ahora alquilada a ZGT como la productora de montacargas pasaran a manos del Estado. Si bien no existen detalles sobre el precio que pagará el gobierno por esta nueva expropiación, se supone que el monto debe ser al menos de 55 millones de dólares, cantidad invertida por el consorcio privado para el arranque del proyecto. También se infiere que la nueva ensambladora de Chery tendrá una capacidad limitada, toda vez que solo se prevé elevar en 12.000 unidades la producción prevista en Las Tejerías, que es de 18.000 unidades anuales, según lo informado el ministro Menéndez. Fuente: EMEN.
Desde mediados del año pasado, las instalaciones expropiadas habían sido alquiladas por Great Wall a ZGT a fin de ampliar la producción, toda vez que en la pequeña ensambladora aragüeña resultaba imposible cualquier tipo de ampliación. La planta sobre la cual se decretó "adquisición forzosa" fue adquirida por Great Wall Venezuela en 2009, con la idea de iniciar el ensamblaje de esa marca, una de las más avanzadas en la creación de tecnología propia se refiere, entre las muchas firmas que prosperaron en ese país asiático a raíz del boom que experimento el sector luego que el gobierno de Beijing autorizara a los ciudadanos para adquirir vehículos. La empresa, que contó en un principio con el visto bueno en su momento del presidente Hugo Chávez y del premier chino Ju Jintao, tenía previsto ensamblar al menos un modelo de vehículo todoterreno y una pick up, de acuerdo al proyecto que fue preaprobado por las autoridades. De allí que el consorcio nacional que llevaba adelante el proyecto invirtiera 55 millones de dólares en la adquisición de la vieja factoría de Carrocerías Carabobo en Guacara, estado Carabobo, y en la compra del herramientas necesarias para las líneas de ensamblaje; inversiones hechas "con recursos propios", como afirmó en su momento César Hirsch, vicepresidente del consorcio. En un principio, los planes giraron en torno a la producción de unidades Great Wall y Renault, para lo cual la francesa firmó una carta de intención que comprometía a la empresa local a producir unas 10.000 unidades anuales de un modelo "económico", probablemente el familiar Logan. Sin embargo, el proyecto -el primero que se presentó referido al ensamblaje de vehículos con tecnología china- nunca recibió el visto bueno para su arranque, lo que motivo el retiro de Renualt como posible socio.
De acuerdo con versiones extraoficiales, la no aprobación definitiva se debió a que en el ínterin, ZGT planteó el proyecto para producir la marca Chery, ofreciendo participación accionaria al Estado venezolano, una posibilidad que nunca fue propuesta por las autoridades a Great Wall. El hecho es que la planta ya contaba con líneas de ensamblaje a medio montar, lo que ahorraba costos y tiempo al plan gubernamental por aumentar la producción de Chery, por lo que propuso a Great Wall alquilar esas instalaciones a fin de ensamblar en ellas dos modelos que, de acuerdo a las autoridades, serían exclusivamente destinadas a la exportación hacia países del Mercosur. Ante el cierre de la posibilidad de ensamblar automóviles, Great Wall decidió incursionar en el mercado de los montacargas, y creó la primera ensambladora de este tipo de vehículos en el país, con la esperanza de tomar para si 25% de un sector tradicionalmente dominado por productos importados. Aunque ha sido imposible lograr que los voceros de Great Wall informen sobre la expropiación, la Gaceta Oficial 6.109 Extraordinaria ordena la expropiación forzosa de todos los bienes muebles e inmuebles de la empresa y sus filiales, de lo que se deduce que tanto la planta hasta ahora alquilada a ZGT como la productora de montacargas pasaran a manos del Estado. Si bien no existen detalles sobre el precio que pagará el gobierno por esta nueva expropiación, se supone que el monto debe ser al menos de 55 millones de dólares, cantidad invertida por el consorcio privado para el arranque del proyecto. También se infiere que la nueva ensambladora de Chery tendrá una capacidad limitada, toda vez que solo se prevé elevar en 12.000 unidades la producción prevista en Las Tejerías, que es de 18.000 unidades anuales, según lo informado el ministro Menéndez. Fuente: EMEN.
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