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viernes, 15 de junio de 2012

Subsidio de la gasolina favorece el comercio ilegal

No es para nadie un secreto el que los venezolanos nos movilizamos con la gasolina más económica del mundo. Apenas pagamos Bs. 0,097 por el litro del combustible; esto significa que para llenar el tanque de una camioneta de doble tracción no gastamos ni siquiera Bs. 8. Nuestros vecinos colombianos deben pagar para surtir el mismo tipo de vehículo la cantidad de Bs. 160, pues en su país ellos cancelan Bs. 20,18 (4.036 pesos) por cada litro de combustible. Esto evidencia que el precio de nuestra gasolina se vuelve sumamente llamativo para la gente que vive en las zonas fronterizas, entre ellas en Cúcuta, ciudad colombiana que cuenta con dos salidas hacia Venezuela: una por San Antonio y la otra por Ureña. En toda esta zona reina un ambiente de constante intercambio en el que uno de los productos más codiciados por los colombianos es la gasolina. Hay dos buenas razones para ello: el diferencial cambiario (un peso equivale a Bs. 0,195) y el bajo precio de la gasolina nacional, que es subsidiada por el Gobierno.
 
Al pararse en cualquiera de los dos puentes que separan a Cúcuta de Venezuela se observa mucho movimiento. Motos van y vienen en cuestión de minutos; igual ocurre con los bicicleteros, carros particulares, taxis y otro tipo de vehículos; muchos de ellos aprovechan para hacer negocios con la gasolina. "Esta es una actividad ilegal que se ha establecido con mucha popularidad entre la gente de la frontera; lo han considerado hasta un modus vivendi entre ellos", dijo el teniente Wilmer Alarcón, comandante del Destacamento de Fronteras No. 11, quien destacó que "son gente inescrupulosa que lo que hacen es beneficiarse del subsidio al combustible y no lo usan para sus actividades diarias o laborales y lo que hacen es comercializar, cuando el comercio de combustible es una actividad que está restringida sólo a la empresa Petróleos de Venezuela". Con sólo pasar el río Táchira, al llegar a Cúcuta, el precio de nuestra gasolina se dispara en cuestión de cinco minutos y se ubica entre Bs. 4,50 y Bs. 6 el litro.
 
Los conductores de la población de Cúcuta aprovechan este mercado informal y suelen surtirse en estos puntos. "Me sale mucho más barato que comprar en una estación de servicio local", dijo un conductor que estaba comprando 20 litros en uno de estos puestos. La otra opción que tienen los colombianos para conseguir gasolina barata es acudir a las llamadas "estaciones de servicio internacionales". Hay una en San Antonio y otra en Ureña. "Éstas no tienen sistema automatizado y pueden surtirse -cada dos días- hasta con 40 litros los carros con placa extranjera". En estas estaciones el litro de gasolina se vende a Bs. 2,40; "sigue siendo más barata que la colombiana, pero más cara que la de acá; estas bombas tienen mucha demanda, siempre hay cola". Alarcón descarta que este contrabando fronterizo de combustible se efectúe a grandes niveles o esté manejado por grupos organizados. "Hoy día no hay posibilidades de que un vehículo tipo gandola pase directo para allá (Colombia); si eso pasa, sería un gran descontrol e implicaría a muchos funcionarios", dijo. Otros métodos más usados para negociar con la gasolina son:
- Reventa del cupo. "Hay personas que aprovechan el cupo según el vehículo que poseen; usan 5 ó 10 litros y el resto lo venden a mejor precio al pasar la frontera".
- Venta de vehículos venezolanos en Colombia. Según Alarcón, en Cúcuta hay unos 25 mil vehículos de placa venezolana que están en propiedad de colombianos. "Ellos tienen poderes o autorizaciones y pueden echar gasolina al precio oficial porque tienen el chip; cuando detectamos que estos vehículos son usados para contrabandear combustible le abrimos expediente, los retenemos y enviamos el expediente a Pdvsa para que ellos estudien el caso y decidan, si les van a quitar el chip o reducir el cupo".

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