De aquel dicho de "sentarse a vivir de los intereses" que usaban las generaciones pasadas acostumbradas a tener sus ahorros en los bancos solo queda la anécdota. En el país con la inflación más alta del continente, para preservar el patrimonio es necesario buscar alternativas distintas al ahorro en moneda local. "En los últimos 12 meses estamos hablando de 43,6% de inflación; mientras tanto, la tasa de interés que paga un banco a una persona natural o a una empresa es de 12% y 15%. Entonces, al observar que la tasa real es negativa en más de 28 puntos, tenemos que el peor negocio que se puede hacer en Venezuela es tener el dinero en el banco porque simplemente se evapora", señala el economista José Manuel Puente. Las opciones que ofrece el especialista son: invertir en el mercado inmobiliario y comprar bonos denominados en dólares.
La adquisición de inmuebles equivaldría a tener el patrimonio en divisas, en vista de que los precios de las viviendas, más allá de experimentar un comportamiento equivalente a la inflación, avanzan al ritmo del dólar, aunque no precisamente del oficial. Sin embargo, recuerda Puente que la Ley para la Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda "mete un ruido muy fuerte"; por lo tanto, la opción de comprar inmuebles como inversión se reduciría a la adquisición de oficinas, ya que no entran en la regulación. Los bonos como mecanismo de ahorro cumplen su función solo si están denominados en dólares. El Gobierno, a través del Ministerio de Finanzas, es el único organismo que emite deuda a largo plazo en bolívares, pero normalmente la compran solo inversionistas institucionales, que son los que están obligados a manejar cartera en moneda nacional.
"En un país de alta inflación nadie quiere colocar dinero a largo plazo en bolívares. Ningún venezolano en su sano juicio compraría un bono de la República en bolívares para recibir 14% o 16% porque eso no compensa contra la inflación. El mercado de renta fija aquí es un mercado de muy corto plazo", sostiene Carlos Jaramillo, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa) y especialista en renta fija. En este escenario, la inversión en bonos en dólares se reduciría a quienes ya están en el mercado, pues incursionar se torna muy complejo. "El que se quedó en bolívares se fregó. Para comprar bonos en dólares tienes que tener dólares. Hay que tener plata afuera para incursionar. Si tienes bolívares, no hay mecanismos legales para hacerlo", resalta Jaramillo. Lo que le queda a los venezolanos es comprar bonos globales de la República y bonos de Pdvsa denominados en dólares, aprovechando el alto rendimiento que ofrecen, pero estando conscientes del riesgo. "El venezolano promedio que compra los bonos de Pdvsa y de la República se deja llevar mucho por los cupones y no tiene una gran percepción del riesgo. Yo no digo que la gente no lo compre, sino que tiene que entender el riesgo que está tomando". El bono Pdvsa 2017 puede ser muy atractivo porque ofrece un cupón de 8,50%, su precio actualmente consta de 90% de su valor facial y su rendimiento efectivo podría llegar a 12% en dólares; mientras que una Letra del Tesoro Norteamericano puede generar impuestos fiscales y no superar 4,50%. Fuente: EMEN.
La adquisición de inmuebles equivaldría a tener el patrimonio en divisas, en vista de que los precios de las viviendas, más allá de experimentar un comportamiento equivalente a la inflación, avanzan al ritmo del dólar, aunque no precisamente del oficial. Sin embargo, recuerda Puente que la Ley para la Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda "mete un ruido muy fuerte"; por lo tanto, la opción de comprar inmuebles como inversión se reduciría a la adquisición de oficinas, ya que no entran en la regulación. Los bonos como mecanismo de ahorro cumplen su función solo si están denominados en dólares. El Gobierno, a través del Ministerio de Finanzas, es el único organismo que emite deuda a largo plazo en bolívares, pero normalmente la compran solo inversionistas institucionales, que son los que están obligados a manejar cartera en moneda nacional.
"En un país de alta inflación nadie quiere colocar dinero a largo plazo en bolívares. Ningún venezolano en su sano juicio compraría un bono de la República en bolívares para recibir 14% o 16% porque eso no compensa contra la inflación. El mercado de renta fija aquí es un mercado de muy corto plazo", sostiene Carlos Jaramillo, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa) y especialista en renta fija. En este escenario, la inversión en bonos en dólares se reduciría a quienes ya están en el mercado, pues incursionar se torna muy complejo. "El que se quedó en bolívares se fregó. Para comprar bonos en dólares tienes que tener dólares. Hay que tener plata afuera para incursionar. Si tienes bolívares, no hay mecanismos legales para hacerlo", resalta Jaramillo. Lo que le queda a los venezolanos es comprar bonos globales de la República y bonos de Pdvsa denominados en dólares, aprovechando el alto rendimiento que ofrecen, pero estando conscientes del riesgo. "El venezolano promedio que compra los bonos de Pdvsa y de la República se deja llevar mucho por los cupones y no tiene una gran percepción del riesgo. Yo no digo que la gente no lo compre, sino que tiene que entender el riesgo que está tomando". El bono Pdvsa 2017 puede ser muy atractivo porque ofrece un cupón de 8,50%, su precio actualmente consta de 90% de su valor facial y su rendimiento efectivo podría llegar a 12% en dólares; mientras que una Letra del Tesoro Norteamericano puede generar impuestos fiscales y no superar 4,50%. Fuente: EMEN.
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