La creación de nuevos empleos, el aumento de las exportaciones, así como la diversificación y crecimiento de la producción de bienes de importancia dependen de las inversiones que se hagan por parte de los empresarios (establecidos o no). En Venezuela, donde el capital se resiste a tomar riesgos por la volatilidad y desconfianza en la institucionalidad, se haga un proceso casi que temerario el pensar en reinvertir las ganancias obtenidas por las actividades de producción de bienes y servicios ajenos al petróleo.
Venamcham (Cámara Venezolano Americana de Comercio e Industria) acaba de dar unos datos bien importantes y que deben ser analizados en profundidad, porque entre sus resultados, ellos indican que el 37% de los empresarios venezolanos no tienen planes de inversión. Esto nos lleva a suponer que la salida de capitales tiene valores que ni sospechabamos fueran tan grandes.
El gobierno debería trabajar junto a estos empresarios para convencerlos de invertir en nuestro país, estamos sumidos en una pobreza muy grande y el desempleo sube y sube. Esto no es trabajo de un sólo día pero deben comenzar ahora ya que el colapso económico se avisora cerca. No se puede vivir toda la vida a punta de petróleo y en eso debemos estar concientes todos. Hay que incentivar la economía productiva y no la de papeles y bonos que en nada contribuyen al desarrollo nacional.